Administra tu energía
Desde hace mucho tiempo he pensado que dar el 100% de tu energía o esfuerzo no es bueno, sobretodo si hablamos de trabajar o entretenerse.
Recientemente encontré este post sobre cuando detenerse, el artículo menciona sobre la gestión de la energía durante el trabajo, básicamente si te esfuerzas al máximo hay una gran probabilidad de que comiences agotarte y no te quedará energía para realizar otras actividades como cocinar, ejercitarse o hacer un hobby. Si este máximo esfuerzo es continuo a través de los días, entonces puedes llegar al famoso y temido estado de Burnout.
Lo ideal es dedicar entre un 70% o un 90% de tu esfuerzo al trabajo para ser productivo, y así encontrar un balance en la vida y tener tiempo y energía para hacer lo que te gusta o actividades obligatorias en tu vida.
Sin embargo, esto también es aplicable cuando te entretienes, alguna vez has escuchado “maratón de Netflix” o “juego 8 horas al League of Legends”?. Este desmesurado esfuerzo en el entretenimiento es malo mentalmente. He estado ahí, después de la casi interminable sesión de series en Netflix, me convertí en un zombie y es complicado regresar al ritmo del mundo real.
El post también menciona sobre el entretenimiento desmesurado por un largo tiempo no es disfrutable y se puede llegar a un agotamiento. Poco entretenimiento te deja insatisfecho. Entonces, este aspecto de la vida también se debe encontrar un punto medio en la balanza.
En conclusión
Personalmente doy entre un 80 a un 90% de esfuerzo en el trabajo (95% en caso de un incendio laboral), esto depende de las situaciones y mi salud en ese momento (imagina resolver problemas o desplegar un proyecto cuando tengas fiebre 😓).
Por el lado del entretenimiento, como mencioné he jugado videojuegos por más de 8 horas continuas y la sensación después de hacerlo es muy vacía. Me he dicho a mí mismo “he desperdiciado 8 horas de mi vida”. Ya no lo he vuelto hacer, he estado controlando a esta adicción digital y he movido la balanza en un punto donde puedo divertirme sin sentirme culpable o insatisfecho.